No me canso de hablar de Rafa Nadal.
Ahora se ha superado a sí mismo y ha dado una nueva lección de sacrificio, pundonor y fortaleza mental al culminar la temporada veraniega de pista rápida sin una sola derrota.
La guinda del pastel ha sido la conquista, por segunda vez, del
US Open (uno de los 4 grandes torneos del Grand Slam, junto a Australia, Roland Garros y Wimbledon).
Rafa estuvo sin jugar más de 6 meses el año pasado, debido a una dolencia de rodilla que le causó una baja en su rendimiento físico, hasta tal punto que llegó a plantearse dejar el tenis de alto nivel, al pensar que nunca volvería a recuperarse totalmente.
Tras mucho tiempo de tratamientos, fisioterapia, entrenamientos y dieta alimenticia para perder masa muscular en las piernas (si te has fijado, Nadal ha reducido mucho su masa muscular, ya que ésta hace sufrir mucho a los tendones), volvió a las pistas a principios de año.
Inicialmente jugó torneos poco importantes, para comprobar sus posibilidades y mejorar su rendimiento.
Cuando llegaron los momentos importantes, ganó los torneos de Madrid, Roma y Roland Garros (además de otros).
Y tras descansar en Wimbledon (fue eliminado en primera ronda, estoy seguro que no se esforzó para poder tomarse un descanso), volvió en la temporada americana de verano.
Aquí, en las pistas que peor le van a su estilo de juego, ha ganado todos los partidos que ha jugado, ganando los torneos de Cincinatti y Montreal, entre otros y, finalmente, el US Open, en una final memorable ante su gran rival, Novak Djokovic.
Su llanto al terminar el partido demuestra el sacrificio que le ha supuesto conseguir esta meta.
Ahora, tal y como están las cosas, recuperará el nº 1 mundial en unas semanas, ya que Djokovic no puede sumar más puntos y él los acumulará en cualquier torneo que juegue (ya que el año pasado por estas fechas no jugó y, por tanto, no sumó ningún punto).
Además, en la historia del tenis, sólo Pete Sampras y Roger Federer han logrado ganar más torneos de Grand Slam que él... pero aún le queda cuerda para rato...
Gracias, Rafa, por el ejemplo que das a nuestros jóvenes.