El día 30 de Diciembre murió Rita Levi, a los 103 años de edad.
¿Quién era Rita Levi?
Su nombre es conocido en ciencia por tratarse de una prestigiosa neuróloga italiana, premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1986.
Entre sus muchas aportaciones a la Neurología, entre las que destacan numerosos estudios sobre el Alzheimer y cierto tipo de esclerosis, la que le valió la concesión del premio Nobel fue el descubrimiento del "Factor de crecimiento neuronal" (NGF).
El NGF es una sustancia producida en el cerebro que se encarga de estimular el desarrollo de las prolongaciones de las neuronas (axones y dendritas) y que éstas establezcan contacto con las de otras, aumentando así los circuitos neuronales y, por tanto, la capacidad mental.
Este proceso ocurre naturalmente desde nuestro nacimiento y gracias a él, a medida que crecemos vamos desarrollando multitud de capacidades mentales, es decir, el cerebro va incrementando las conexiones entre neuronas a medida que aprendemos y esto va haciendo que aumente su potencial (de un modo parecido a cómo el ejercicio físico desarrolla nuestros músculos y hace que aumente su capacidad para desarrollar fuerza).
Rita Levi afirmaba (y lo demostró en su propia persona) que mientras hagamos trabajar la mente, por muchos años que vivamos, mantendremos muchas de sus capacidades intactas, ya que el ejercicio mental (pensar, estudiar, memorizar, jugar al ajedrez, escribir, etc.) favorece la secreción por parte de nuestro cerebro del NGF y hace que se sigan desarrollando conexiones entre las neuronas.
Por esto, siempre defendió que la vejez mental no existe, sino más bien la atonía por falta de ejercicio, igual que ocurre con la musculatura cuando deja de ejercitarse. Así, siguió investigando y dando conferencias hasta el final de su larga y fructífera vida.
"Mi vida es un continuo desarrollo, doy gracias por estar todavía viva...", dijo al cumplir 100 años. "Que el cuerpo haga lo que quiera, yo no soy mi cuerpo, sino mi mente".
A pesar de estos logros científicos, Rita Levi fue quizá más conocida por su permanente lucha en defensa de los derechos humanos (sufrió el acoso del fascismo en su juventud por ser judía) y de la igualdad de oportunidades para las mujeres, tanto en el ámbito científico como en lo referente a la posición de inferioridad en que sitúan ciertas culturas, aún hoy día, a la mujer.
Una vida que recuerda en muchos aspectos a la de Marie Slobowska (Curie).